sábado, 18 de octubre de 2014

Simplemente un día comprendí

Mirando la vida desde este punto, aquí en esta montaña súper alta donde me subió el orgullo me doy cuenta que Dios lo es todo, el amor, amor por ti mismo, por lo que te rodea, por lo que nos regala el día a día...

Una sonrisa en los labios de un niño, una carcajada simplemente porque si! Son pequeñeces quizá hoy, pero mañana te harán apreciarlas al máximo cuando te des cuenta que sólo producen bienestar. Quizá este completamente perdida en un laberinto, pero aún ese laberinto siempre tendrá una salida...

Tanto tiempo perdido en enfadarnos por algo que deja de ser en un segundo, tanto escuchar que debemos ser como niños, y ¡si! Los niños simplemente continúan con su alegría después de un duro día, perdonan y olvidan, tropiezan y quizá vuelvan a tropezar en el mismo lugar una segunda vez pero no una tercera.

¡Que más da! Si llorar no nos lleva a ningún lado, lamentarnos es simplemente una pérdida de tiempo, tanto tenemos ¡tanto! que vamos con manos vacías por no saber que escoger.

Toca entender que este día, esta hora, este minuto, este segundo que vives no se volverá a repetir, y que sólo los recuerdos que te marquen el alma permanecerán hasta que ellos decidan si quedarse o simplemente marchar, toca vivir, si pero ¡vivir! De verdad, dándolo todo, en cada esfuerzo, en cada beso, en cada acción, toca hacer aquello que nos apasione, y comprender que nada en la vida, absolutamente ¡nada! Es imposible. 

Así que ve por ello! Pero ve con toda tu fuerza y energía, ve con todas tus ganas. 

A.Marte


No hay comentarios:

Publicar un comentario